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¿Pueden los perros sobrevivir a la hinchazón sin tratamiento?

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¿Pueden los perros sobrevivir a la hinchazón sin tratamiento?
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Anonim

Los grandes daneses son la raza con mayor riesgo de vólvulo de dilatación gástrica.

El vólvulo de dilatación gástrica, conocido como hinchazón, es una verdadera emergencia veterinaria. Sin tratamiento profesional, un perro puede morir de la condición en unas pocas horas. El GDV, que comienza en el estómago del perro, es extremadamente doloroso; rápidamente conduce a problemas que amenazan la vida. Es importante saber si su perro está en riesgo y estar al tanto de los síntomas. Si se le trata rápidamente, la probabilidad de que su perro sobreviva es superior al 80 por ciento.

Explicación de la hinchazón

La hinchazón ocurre cuando el estómago de un perro, generalmente lleno de gases y alimentos fermentados, se agranda repentinamente. En tal circunstancia, el estómago del perro tiene una tendencia a girarse sobre sí mismo, evitando que los nutrientes, los desechos y el gas salgan del estómago distendido del perro. Corta el suministro de sangre del estómago y la presión sobre los vasos sanguíneos impide la circulación normal. El pobre perro desarrolla rápidamente síntomas de shock.

Perros con mayor riesgo

Cualquier perro puede hincharse, pero los que corren mayor riesgo son las razas grandes con cofres profundos y estrechos, como el gran danés, el doberman, los setters, el perro lobo irlandés, el weimaraner, el Akita, el Saint Bernard, el boxeador, el pastor alemán y El caniche estándar. Bloat puede correr en familias. Los machos, los perros mayores y los perros delgados o con sobrepeso corren un mayor riesgo. Incluso la personalidad de un perro, si es temeroso y ansioso o tiene un historial de agresión, puede aumentar su riesgo de hinchazón.

Los síntomas

El estómago distendido del perro puede o no ser obvio, dependiendo de su constitución. La señal más importante a tener en cuenta es que el perro vomita sin estar enfermo. Otros síntomas incluyen babeo, falta de aliento, latidos rápidos del corazón, inquietud, letargo, encías pálidas, agitación y colapso.

Tratamiento de emergencia inicial

Las radiografías pueden confirmar el diagnóstico. Reducir la presión en el estómago del perro es una prioridad. Un veterinario intentará pasar un tubo hacia el estómago, pero si esto no es posible, insertará una aguja directamente a través de la pared abdominal. Al mismo tiempo, los líquidos, a través de catéteres intravenosos, reemplazarán la sangre que no puede pasar del estómago del perro a su corazón. El perro debe tener medicación para el shock, antibióticos y electrolitos. A medida que el dolor extremo aumenta la frecuencia cardíaca del perro, se necesita un control del dolor para prevenir la insuficiencia cardíaca. El ritmo cardíaco del perro requiere monitoreo, ya que un problema peligroso del ritmo puede coincidir con la hinchazón. Las drogas intravenosas controlan esto.

Cirugía de seguimiento vital

Una vez que el perro está estable, puede parecer que está bien, pero ahora la cirugía es importante para detectar tejido estomacal dañado, que será necesario extirpar, o el pobre perro todavía morirá. Se extirpará el bazo si está dañado, y generalmente se realizará una gastropexia para asegurar el estómago del perro en su posición normal. Si esto no se hace, el perro tiene un riesgo del 75 por ciento de que el GDV vuelva a ocurrir.

Previniendo la hinchazón

Puede tomar algunas medidas para reducir el riesgo de hinchazón. Es mejor que un perro en riesgo coma varias comidas pequeñas al día. Agregar comida enlatada o restos de mesa a su dieta puede ayudar. Trate de evitar que ingiera grandes cantidades de agua y evite los ejercicios vigorosos poco antes o después de las comidas. Para un perro de alto riesgo, un procedimiento de gastropexia es una opción preventiva.

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