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Neurofibromas En Perros

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Neurofibromas En Perros
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Video: Neurofibromas En Perros

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Video: MASTOCITOMA CANINO/CÁNCER EN PERROS/QUÉ ES EL MASTOCITOMA - YouTube 2024, Mayo
Anonim

Cualquier especie canina puede desarrollar un neurofibroma.

Los neurofibromas en perros son un tipo de tumor de cáncer que se puede formar en las terminaciones nerviosas o en la parte periférica del sistema nervioso de un perro. Pueden aparecer en cualquier nervio, pero se encuentran más comúnmente en el tejido nervioso conectivo. Algunos son benignos y no representan ninguna amenaza. Muchos son malignos y pueden causar un malestar extremo e incluso amenazar la vida cómoda del perro si no se eliminan.

Se forma en la vaina de mielina.

Los neurofibromas se forman en la vaina de mielina, que es el encierro protector alrededor de los axones de los nervios en el sistema nervioso periférico canino. Este sistema se encuentra fuera del cerebro y la médula espinal. Los neurofibromas comienzan a partir de células de Schwann disfuncionales que rodean el axón nervioso. Las investigaciones realizadas en febrero de 2014 indican que los neurofibromas tienden a formarse en áreas de lesiones previas, aunque los investigadores veterinarios aún estaban estudiando el problema.

El dolor es un síntoma principal

El síntoma más obvio, el primer aviso de los dueños de perros, es que el canino tiene un dolor intenso, inexplicable, incontrolable y crónico. Por lo general, este primero aparece en las extremidades posteriores antes que en las extremidades anteriores. Los perros pueden experimentar una pérdida parcial de movimiento y pueden ser incapaces de coordinar sus músculos. Según la ubicación del tumor, los perros con neurofibromas pueden tener párpados caídos y parálisis facial parcial.

El diagnóstico puede ser desafiante

La ubicación interior de los neurofibromas hace que la detección temprana sea un desafío. Los investigadores veterinarios creen que pueden transcurrir de dos a 24 meses entre el desarrollo del tumor y su detección. Para el diagnóstico, el primer paso es un examen físico completo seguido de un análisis de sangre, un panel de electrolitos y un análisis de orina. Lo más probable es que el veterinario le haga preguntas sobre la historia de su perro antes de que aparezcan los síntomas. El veterinario puede ordenar una tomografía computarizada o imágenes de resonancia magnética, o ambas, para documentar la extensión y ubicación exacta del neurofibroma.

El tratamiento es generalmente cirugía

La extirpación quirúrgica del neurofibroma es el tratamiento de elección para un gran porcentaje de veterinarios. La recurrencia es común. En los casos en que el tumor regrese, el veterinario puede recomendar la amputación. Cuando el neurofibrama ejerce presión sobre la columna vertebral, puede ser necesaria una laminectomía para extirpar una parte del hueso vertebral. La radioterapia, que es el uso de rayos de alta energía para matar las células cancerosas, es una opción disponible para retardar el crecimiento de un neurofibroma pequeño y no amenazador.

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