¿Podría mi perro o gato tener una enfermedad intestinal inflamatoria (EII)?
Tabla de contenido:
- EII en perros y gatos
- No es un diagnóstico simple
- Descartar las alergias alimentarias
- Ensayos de antibióticos
- Biopsias para un verdadero diagnóstico
- Tratamiento: Alivio de la inflamación.
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2024 Autor: Carol Cain | [email protected]. Última modificación: 2023-12-16 17:16
Thinkstock Los signos comunes de EII en las mascotas incluyen vómitos, diarrea, disminución del apetito y pérdida de peso.
¿Tu gato vomita todas las semanas? ¿No puede recordar la última vez que su perro tuvo un taburete firme? ¿Parece que tu mascota está perdiendo peso sin razón aparente? Si bien estos signos pueden indicar cualquier número de afecciones, también se observan con frecuencia en mascotas con una enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Si su mascota muestra signos gastrointestinales (GI), es importante programar un examen con su veterinario lo antes posible.
EII en perros y gatos
Las enfermedades inflamatorias del intestino son la causa más común de vómitos crónicos y diarrea en perros y gatos. El término IBD se utiliza para describir un grupo de afecciones caracterizadas por la inflamación del tracto gastrointestinal y signos GI persistentes o recurrentes.
Debido a que la IBD puede afectar cualquiera o todas las partes del tracto GI, los signos pueden variar en frecuencia y gravedad. Los signos comunes incluyen vómitos, diarrea, flatulencia, gorgoteos o ruidos intestinales, disminución del apetito y pérdida de peso.
Aunque no se conoce la causa exacta de la EII, se cree que involucra una serie de factores que incluyen la genética, el entorno de la mascota, el sistema inmunitario intestinal y las bacterias intestinales.
No es un diagnóstico simple
Primero, su veterinario querrá descartar otras posibles causas, como enfermedades metabólicas, como enfermedades hepáticas o renales, enfermedades infecciosas, obstrucciones gastrointestinales, parásitos y cáncer. Después de una historia clínica completa y un examen físico, su veterinario puede recomendarle análisis de sangre, un análisis de orina, un examen fecal y posiblemente una imagen diagnóstica, como radiografías o una ecografía abdominal.
Si no se encuentran otras causas para los signos GI de su mascota, su veterinario puede sugerir una biopsia intestinal, que es la única manera de confirmar un diagnóstico de EII. Sin embargo, si su mascota está estable, puede ser posible llegar al diagnóstico al excluir otras posibles causas GI.
Descartar las alergias alimentarias
Se puede iniciar un ensayo de alimentos para ayudar a determinar si la mascota es alérgica a la proteína en la dieta o intolerancia a otras sustancias de la dieta, como colorantes o conservantes.
Típicamente, las mascotas son alimentadas con una nueva dieta de proteínas o una dieta hidrolizada. Una nueva dieta con proteínas se compone de una única fuente de proteínas a la que la mascota nunca ha estado expuesta antes, como el venado, el conejo, el canguro o el pescado blanco. Una dieta hidrolizada es aquella en la que la proteína se rompe en pedazos muy pequeños que el sistema inmunológico del cuerpo no puede reconocer.
Durante una prueba de dieta, es importante que a su mascota no se le dé ningún otro tipo de proteína, incluidas las golosinas y los suplementos con sabor. Puede tomar de cuatro a seis semanas ver una mejoría dramática, sin embargo, se debe observar alguna mejoría dentro de las dos o tres semanas posteriores al inicio de la nueva dieta.
Si una mascota no mejora en un camino de dieta, entonces es más probable un diagnóstico de EII. Algunos pacientes con IBD tendrán un componente de alergia / intolerancia a los alimentos, por lo que sus signos pueden mejorar pero no se resolverán por completo.
Ensayos de antibióticos
En algunas mascotas, los signos GI pueden estar asociados con un desequilibrio de las bacterias normales en el tracto digestivo. En otras palabras, hay menos bacterias beneficiosas y más bacterias dañinas. Se puede iniciar un ensayo con antibióticos para tratar de devolver a la población bacteriana a un equilibrio normal.
Los pacientes que no mejoran con la dieta o los ensayos de antibióticos generalmente se diagnostican con IBD por exclusión.
Biopsias para un verdadero diagnóstico
Idealmente, las biopsias GI se obtienen para confirmar un diagnóstico de EII y para descartar un cáncer que no se puede identificar en la ecografía. Si bien las muestras se pueden obtener con una cirugía abdominal, un método menos invasivo es la endoscopia mientras su mascota está bajo anestesia. Durante este procedimiento, se inserta un tubo delgado con una cámara pequeña a través de la garganta hasta el estómago y el intestino delgado, o a través del recto hasta el intestino, donde se pueden extraer pequeñas muestras de tejido para analizarlas.
Tratamiento: Alivio de la inflamación.
El tratamiento de la EII generalmente implica terapia inmunosupresora, como los esteroides, para disminuir y eliminar la inflamación GI. Si los signos GI de un animal mejoran pero no se resuelven solo con esteroides, se puede considerar una terapia inmunosupresora adicional.
Dependiendo de la condición de su mascota, su veterinario también puede recomendar tratamientos adicionales, como dietas terapéuticas, antibióticos, inyecciones de vitamina B12 o probióticos. Si aún no hay mejoras, una consulta con un especialista en medicina interna veterinaria puede ser útil.
En la mayoría de los casos, la EII no se cura, pero la condición generalmente se puede controlar. Con tratamiento, muchas mascotas mostrarán menos signos GI, aunque los signos pueden aparecer y desaparecer. Al trabajar de cerca con su veterinario, puede monitorear los signos de su mascota y controlar la enfermedad para ayudar a su mascota a tener la mejor calidad de vida posible.
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